La mayor parte del tiempo nos referimos a los alimentos, a saber elegirlos, a consumir los más saludables, los frescos, bajos en grasas, en azúcares, etcétera.
Pero tan importante como lo anterior es la forma de prepararlos y cocinarlos.
Así, podemos comparar nuestra cocina a un laboratorio donde procesamos los alimentos de diferentes maneras transformando y alterando sus propiedades en mayor o menor medida.
El cuidado que apliquemos durante el procesamiento o alteración puede resultar beneficioso o no para nuestra salud:
Recordando estas bases o principios de una cocina saludable, el arte de cocinar, a la vez de placentero será más beneficioso a nuestra salud.