Ante la profusa campaña del cuidado del colesterol que se viene
desarrollando desde hace ya algunos años, el público identifica
al colesterol como una sustancia muy dañina para el organismo. Sin
embargo todos tenemos colesterol.
El colesterol es un lípido muy necesario para la vida, ya que
con el, el organismo sintetiza la bilis, sustancia segregada por
el hígado, importantísima para la digestión.
Fabrica además las hormonas sexuales y lo que es más
importante, el colesterol es un componente indispensable de las membranas
(paredes) de todas las células, sobre todo las cerebrales.
Lo que resulta dañino, son los excesos de colesterol ya quo éstos se depositan en las paredes de las arterias favoreciendo la arteriosclerosis, proceso que angosta la luz de los vasos dificultando así el pasaje de la sangre que debe transportar alimento y oxígeno a los diferentes tejidos y órganos.
Esto adquiere especial interés a nivel del corazón y del cerebro. Cuando las arterias se angostan demasiado, pueden llegar a obstruirse provocando la muerte por desnutrición de las células que se encuentran detrás de esta obstrucción. Esto es lo que se conoce como infarto en el caso del corazón y es causa de los accidentes cerebro vasculares en caso del cerebro.
En sangre podemos dosificar el Colesterol Total, el HDL colesterol (colesterol bueno) ya que éste es el colesterol que se encuentra en viaje al hígado donde será procesado; y el colesterol LDL (colesterol malo) que es el que tiende a ingresar en las células que tapizan las paredes arteriales.
En base a estos valores podemos calcular el índice aterogénico, es decir un número que permite hacer un pronóstico sobre la tendencia quo tiene un individuo a desarrollar arteriosclerosis.
Todos estos datos los hemos aprendido de un estudio multicéntrico que se realizó en U.S.A. en un pueblo llamado Framingham donde se siguió el desarrollo de la salud de todos sus pobladores a lo largo de varias décadas y se comprobó que las alteraciones de los lípidos en sangre (dislipidemias) estaban presentes en la mayoría de los casos de infartos cardíacos y cerebrales.
Hoy sabemos que esa alteración es también uno de los factores
que aceleran los procesos del envejecimiento por la disminución
del rendimiento de los órganos que no reciben suficiente caudal
sanguíneo por estrechamiento de los vasos que los nutren.
El aumento del colesterol en sangre, está muy relacionado con
la alimentación, pero no solamente. Depende de cada organismo
y como éste procesó dicho colesterol.
El 20% de la población está genéticamente protegida contra los excesos del colesterol; pero los que pertenecen al otro 80% deben tomar precauciones en este sentido para propender a una mejor calidad y extensión de vida.
Por lo expuesto anteriormente, el colesterol se encuentra solamente en el reino animal e ingresa en nuestro organismo, en parte, a través de la ingestión de sus productos derivados y también es sintetizado en el hígado.
A estas medidas profilácticas hay que agregar los diferentes
tipos de fármacos que contribuyen a normalizar el colesterol que
deben ser siempre utilizados bajo control médico.
Los trastornos del colesterol, sumados a las consecuencias del stress
representan la principal causa de muerte en el mundo occidental.
Si tenemos en cuenta que ambos pueden en la actualidad ser controlados,
podemos concluir que está en manos de la sociedad y de cada uno
de nosotros ejercitar una “longevidad responsable”.
Vivir más y mejor es el más antiguo de los anhelos de
la humanidad pero gracias a los nuevos tratamientos, esto se ha convertido
en el más moderno de los derechos humanos.