La flexibilidad debe trabajarse mas allá de lo que respecta a su función pre y post entrenamiento. Los tiempos que se le dedican durante la entrada en calor o la vuelta a la calma, suelen quedar cortos.
Al entrenar una sesión de fuerza con sobre carga y/o aparatos, la flexibilidad se convierte en un punto clave, que bajo ningún aspecto puede ser pasado por alto, evitando acortamientos musculares, aumentando la fuerza y la capacidad de contracción del músculo entre otras cosas.
Debemos recordar que la flexibilidad reduce considerablemente el riesgo de lesiones, aumenta las amplitudes de recorrido articular, permitiéndonos ejecutar los movimientos que deseamos. Alivia el dolor muscular y el stress; actúa sobre la fuerza, la velocidad, acelera los procesos de recuperación, influye en la postura y reduce el dolor lumbar; promueve la relajación física y mental. Finalmente la flexibilidad incrementa la percepción y la conciencia corporal.