Una correcta nutrición como todos sabemos es la base de una buena salud y para tener una buena nutrición se necesitan agua y los tres nutrientes básicos: carbohidratos, proteínas y grasas, así como también vitaminas, minerales y demás micronutrientes. Todos son importantes en una dieta saludable.
Para que nuestro organismo funcione de manera óptima, debemos elegir las formas más saludables de cada uno de los nutrientes y consumirlos de forma equilibrada.
Ya hemos nombrado en artículos anteriores que se dividen en simples y complejos. Tantos unos como otros, a excepción de a fibra, se convierten en glucosa en nuestro cuerpo para ser absorbida como forma de energía, o ser almacenada en el hígado para ser utilizada cuando se necesite.
La glucosa es la única fuente de energía para el cerebro y los glóbulos rojos.
Para no contribuir a dicho proceso debemos consumir las porciones adecuadas de alimento y además saber elegirlos.
Por lo tanto optar siempre por frutas, verduras, cereales integrales y legumbres, y evitar alimentos refinados y procesados como postres, golosinas, galletas, bollería, chocolatinas, azúcar, y bebidas gaseosas entre otros, ya que estos últimos aportan pocas vitaminas, minerales además de excesivas calorías.
Si se consumen este tipo de alimentos durante años y en cantidades elevadas, contribuiremos a desarrollar enfermedades como la diabetes, hipoglucemia, sobrepeso, etc.
Entonces si lo que queremos es que nuestra dieta y alimentación sean saludables, debemos consumirlos de forma esporádica y limitada.
Pero dicho esto debemos dejar bien claro la función importantísima de la fibra en el organismo:
En una alimentación saludable, debemos equilibrar a los carbohidratos complejos y simples, como también a la fibra y en términos generales, entre el 50-60% de las calorías de la dieta deben provenir de los carbohidratos.