Siempre se han publicado artículos acerca de la necesidad de agua entre los adultos, pero que cantidad necesitan los niños? Teniendo en cuenta que muchos no saben hablar, otros están muy ocupados jugando y otros no tienen ese hábito adquirido, los niños pequeños no piden agua a pesar de sentir sed en muchos momentos.
Por lo tanto, padres, familiares y educadores deben estar atentos y satisfacer la demanda de hidratación de los niños, puesto que por su actividad y movimientos, la pérdida de agua corporal es muy elevada.
Como primer concepto a tener en cuenta, debemos saber que el organismo de un niño está compuesto en un 80% de agua, y ese porcentaje en el adulto llega hasta el 65%, por lo que los más pequeños necesitan un mayor recambio y aporte hídrico.
Luego ya con la ablactación, es decir la incorporación de alimentos sólidos en la dieta del bebé, se debe ir ofreciendo al niño pequeños sorbos de agua a lo largo de todo el día.
A partir del año de vida las recomendaciones de agua son las siguientes:
Los diferentes estudios realizados demuestran que ni los niños ni los adolescentes se hidratan lo suficiente, padeciendo lo que se conoce como deshidratación crónica.
Otro estudio también concluyó que la leche es una excelente arma, a la hora de rehidratar niños activos.
Ahora bien, cuando nos referimos a una deshidratación aunque sea leve, es decir una pérdida de agua del 1% de nuestro peso corporal, el rendimiento mental o cognitivo se ve afectado, como así también la capacidad de tomar decisiones.
Cuando esa pérdida de agua es superior al 2%, se ve afectada la memoria a corto plazo, la atención y eficiencia aritmética.
Se está menos alerta, se cansan, y se requiere mucha más concentración para realizar actividades cotidianas.
Concluimos entonces que la correcta hidratación determina también el rendimiento escolar, y lamentablemente estos datos muchas veces no son tenidos en cuenta ni por los padres ni por el centro educativo.
Cuando se tiene sed, ya se está levemente deshidratado.
Síntomas de deshidratacion:
Todos estos síntomas de deshidratación se atribuyen frecuentemente a otros motivos.
Sin ninguna duda, prestar atención a las necesidades de hidratación de nuestros niños es algo de fundamental importancia.